Montag, 9. Januar 2012

La breve historia del oro verde



En aquellos tiempos cuando dios andaba por estas tierras, contando cuentan que existía una mujer muy hermosa, la Mama-coca, que ponía loquitos a los hombres con los encantos de su cuerpo y tenía la facultad de convertirse en una planta de hojas verdes y ovaladas.
Después que los conquistadores blancos mataron al inca Atahualpa y saquearon la ciudad de Cajamarca en busca de oro y plata, sucedieron crueles y sangrientos enfrentamientos en el resto del imperio incaico. Los pueblos fueron destruidos, los cultivos arrasados, los templos profanados e incendiados, los tesoros sagrados desvalijados. Los soberanos dueños de estas tierras tan hermosas, en poco tiempo conocieron la miseria y el dolor. Los conquistadores, cabalgando en briosos caballos y amparados en sus armas que vomitaban fuego, perseguían a sus indefensas y asustadas víctimas.
Entonces apareció la bella Mama-coca y, en un descuido de los soldados extranjeros, se apoderó de los tesoros sagrados que aún no habían sido descubiertos. Con su preciosa carga se escapó por las alturas y, para impedir que caiga en manos de los conquistadores, lo arrojó en las profundidades de las aguas de la laguna de Conga. Enfurecidos los españoles por tal atrevimiento, la persiguieron sin tregua hasta que lograron capturarla y aunque la sometieron a terribles tormentos, ella no les reveló el lugar donde había escondido la cuantiosa fortuna.
Considerando que no tenía escapatoria, llamó a la gente y les dijo: “Miren aquellas plantas de hojitas muy verdes, con ellas van a olvidar las penas, las fatigas. Su jugo va a ser el mejor remedio para las tristezas y el cansancio, en ellas podrán ver el futuro, lo que el destino les depare. Ese jugo que para ustedes será la fuerza y la vida, para los blancos será sólo vicio repugnante y degenerador, mientras que para ustedes será un alimento espiritual, a ellos les causará idiotez y locura. No olviden cuanto les digo y cultiven esa planta, es la preciosa herencia que les dejo, cuiden que no se extinga, consérvenla y propáguenla entre nuestros hermanos con veneración y amor. Esa planta soy yo...”
Apenas terminó de hablar, su cuerpo se partió por la mitad y de allí nació esa matita de hojas verdes y ovaladas que hoy conocemos como coca. Y ahora la laguna de Conga ha despertado la ambición de los nuevos conquistadores.

1 Kommentar:

  1. Y esa matita de hojas verdes es la que mete en la oscuridad a tanta juventud, por desgracia. Ojala algun dia acaben con toda esa maldita mafia. Aunque en Perú la hoja de coca se consume como fortalecedor y el mal de alturas, van mascando coca y trabajando, incluso en las minas, lo malo es el mal uso que le dan ciertas personas sin alma, que se hacen ricas a costa de la desgracia y el vicio de otras debiles.

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